En los años previos a la actual crisis, cuando el EURIBOR estaba por las nubes, fructificaron las hipotecas en otras divisas, cuyo índice de referencia no era el LIBOR. Las hipotecas multidivisa son contratos híbridos, en los que se asocia un derivado a una hipoteca, por lo que requieren de asesoramiento financiero previo por parte de la entidad crediticia, y un perfil medio / alto de inversor, ya que, en definitiva, se trata de un producto de inversión no apto para consumidores sin conocimientos financieros.
En estos años en los que el EURIBOR no dejaba de crecer, las entidades de crédito vendieron multitud de hipotecas multidivisa, muchas de ellas, bajo una apariencia de alto ahorro mensual en la cuota, pero sin advertir al consumidor de los posibles riesgos que entrañaba el producto a futuro, en caso de suceder lo que desgraciadamente sucedió. A partir de 2008, el EURIBOR comenzó a bajar y los tipos de cambio ( yenes y francos suizos ) se invirtieron, desencadenando auténticas pesadillas en los consumidores que contrataron estos productos en estas divisas, ya no por las pérdidas millonarias, sino por la pérdida de su vivienda, pues el producto se garantizaba mediante una hipoteca en caso de impago, hipoteca que los bancos comenzaron a ejecutar.
Actualmente, los productos que fueron vendidos a consumidores que no cumplían los requisitos ni el perfil de “inversor” requerido por el mercado de valores, se encuentran en su mayoría en los tribunales de justicia instando la nulidad de las clausulas abusivas.
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